Durante décadas, los científicos han buscado desarrollar vacunas que no solo prevengan enfermedades, sino que también las curen, abarcando tanto enfermedades infecciosas como inmunológicas, e incluso cáncer.
Tradicionalmente, las vacunas se han clasificado en dos tipos: preventivas, o convencionales, y terapéuticas.
Las vacunas convencionales se administran como medida preventiva contra enfermedades infecciosas causadas por virus, bacterias y toxinas. Estas vacunas estimulan el sistema inmunológico para que, al entrar en contacto con el agente patógeno, el cuerpo pueda defenderse eficazmente mediante la producción de inmunoglobulinas o anticuerpos específicos. Por lo tanto, se destinan a individuos sanos.
Por otro lado, existen las llamadas vacunas terapéuticas, que como su nombre lo indica, se usan en personas enfermas para curarlas de alguna enfermedad y lo que buscan es estimular al sistema inmunológico para eliminar, por ejemplo, células cancerígenas.
Recientemente, se ha desarrollado una "vacuna" contra el coronavirus SARS-CoV-2, responsable de la enfermedad COVID-19, utilizando una tecnología basada en el ARN mensajero (ARNm) nunca antes usada en seres humanos. Este enfoque implica la introducción de una cadena de ARNm que codifica una porción de la proteína Spike del virus en las células humanas para que, a nivel del ribosoma celular se sintetice esa porción de la proteína y se esperaba que el sistema inmunológico la reconociera como extraña y desarrollara inmunidad contra el COVID-19, protegiendo así contra la enfermedad.
Se requieren 3 dosis y refuerzos para lograr inmunidad protectora. A pesar de que no se conocían los efectos adversos inmediato, mediatos y a largo plazo, grupos de investigadores y científicos independientes predijeron efectos adversos que podrían ser complejos.
Los efectos post vacuna no deseados descritos se asemejan a lo que se llama Síndrome post viral, común en enfermedades como el Dengue, Zika, Chikunguña e influenza. En el Síndrome Post Vacuna COVID19 los síntomas van desde fatiga, dolores musculares, mareos, depresión, tinnitus y dolores articulares hasta a la aparición de enfermedades inflamatorias más severas como enfermedades autoinmunes, enfermedad cardiovascular como infartos al miocardio, accidentes
cerebrovasculares, problemas pulmonares complejos y más recientemente lo que se ha descrito como la aparición de “exceso de muertes no esperadas” básicamente causadas por varios tipos de cáncer de aparición agresiva y en personas jóvenes que podrían estar relacionadas con la aplicación de esta vacuna.
Pero lo más importante es mantener un sistema inmunológico competente y activo para que nos proteja de virus, bacterias y elimine las células cancerosas que nuestro cuerpo produce diariamente. Dentro de la Medicina Biológica o Bio-Reguladora, la autovacuna con ozono (auto-hemoterapia menor) ha demostrado ser una vía efectiva de modular el sistema inmunológico. Se ha comprobado que el ozono (O3, un gas natural con tres átomos de oxígeno) modula el sistema inmune porque promueve la síntesis y liberación de citoquinas, que pueden ser inmuno-estimuladoras o inmuno-supresoras, a través de la activación de los monocitos y linfocitos T. Cuando el ozono se pone en contacto con la sangre se generan segundos mensajeros como el H2O2, lipoperóxidos, ozónidos y aldehídos que estimulan la producción de proteínas y citoquinas y son estas las que finalmente modulan al sistema inmune del paciente que recibe esta autovacuna.
La autovacuna con ozono es una vacuna terapéutica cuando está indicada como tratamiento adyuvante en enfermedades proinflamatorias, autoinmunes (lupus, artritis reumatoide, psoriasis, etc.), en todo tipo de alergias incluyendo asma bronquial, en cáncer y en cualquier enfermedad ligada a una supresión o sobre estimulación del sistema inmune.
La ozonoterapia y especialmente la autovacuna con ozono es muy efectiva en modular el sistema inmune luego de una infección viral. Hay mucha información publicada en pacientes con Dengue, Zika y Chikunguña, enfermedades virales endémicas donde el sistema inmune prevalece super- estimulado y la fatiga, inflamación, dolores musculares son parte del Síndrome post viral. El COVID19, al ser una enfermedad viral proinflamatoria y tromboembólica también presenta el Síndrome post viral por varios meses y años.
Se ha demostrado que en personas con COVID19 activo, Síndrome Post COVID19 y Síndrome Post Vacuna COVID19, la ozonoterapia es un tratamiento complementario muy efectivo que ha ayudado a muchas personas en el mundo.
Por otro lado, la autovacuna con ozono es una vacuna preventiva cuando se aplica en sesiones y ciclos de Ozono Terapia en personas sanas para proteger contra infecciones por virus y bacterias, evitar la aparición de cáncer y modular o fortalecer al sistema inmune a largo plazo.
La autovacuna con ozono es un procedimiento muy sencillo que no tiene contraindicación médica. Consiste en extraerle al paciente 5 mililitros de sangre los cuales se ozonifican y se colocan de forma intramuscular profunda. Debe realizarse en un centro de salud especializado y por personal calificado para aplicarla.
El equipo de Ozone 369 liderizado por la Dra. Carmen Helena Acevedo, ha diseñado un protocolo llamado Immune Booster para potenciar su sistema inmunológico y generar más salud y bienestar.
Realizado por:
Carmen Helena Acevedo