Los cambios epigenéticos actúan como pequeñas etiquetas o interruptores en tu ADN. No cambian tu código genético, pero influyen en cómo se expresan los genes —aumentándolos, disminuyéndolos o apagándolos por completo.

Estos cambios sutiles pueden protegerte o, en algunos casos, aumentar el riesgo de enfermedad.

1. Exposiciones ambientales – Dieta, metales tóxicos (mercurio, plomo, arsénico, cadmio), hidrocarburos (plásticos, disolventes, combustibles, petroquímicos), contaminantes y radiación.

2. Elecciones de estilo de vida – Tabaquismo, alcohol, ejercicio y nutrición.

3. Estrés – El estrés crónico altera los genes de respuesta al estrés.

4. Nutrición – Micronutrientes como el folato afectan la metilación del ADN.

5. Envejecimiento – Los cambios epigenéticos se acumulan con la edad.

6. Antecedentes genéticos – Algunas personas son más sensibles a los cambios.

7. Medicamentos – Ciertos tratamientos pueden modificar la expresión génica.

8. Infecciones – Virus como el VPH o la hepatitis pueden desencadenar modificaciones epigenéticas.

9. Hormonas – El estrógeno y la testosterona influyen en la salud reproductiva y la fertilidad.

Cuando el control génico se desequilibra, pueden aumentar los riesgos de cáncer, disfunción inmunitaria, trastornos metabólicos y afecciones cerebrales. Pero al comprender tu perfil epigenético, puedes tomar medidas proactivas para optimizar la salud y reducir los riesgos.